Banca elaborada en estructura metálica y travesaños fabricados en madera plástica WPC. Materiales diseñados para resistir en intemperie.

La versatilidad de las bancas de exterior se debe a una serie de características pensadas para su uso a la intemperie:

Materiales Resistentes: Se fabrican con materiales robustos y tratados para soportar el sol, la lluvia, la humedad y los cambios de temperatura. Los más comunes incluyen:
Madera: Como teca, eucalipto, pino tratado o maderas tropicales. Aportan calidez y un aspecto natural, requiriendo a menudo tratamientos protectores.
Metal: Hierro forjado, acero (inoxidable o con recubrimiento de polvo) y aluminio. Ofrecen resistencia, estabilidad y pueden presentar diseños modernos o clásicos.
Plástico Reciclado o Compuesto (WPC): Son opciones ecológicas, de bajo mantenimiento, resistentes a la humedad, insectos y no se astillan.
Hormigón o Piedra: Ideales para bancas fijas y robustas, con un estilo más sólido y minimalista.
Diseño Ergonómico: Aunque su función principal es el descanso, su diseño considera la comodidad, con respaldos y asientos que ofrecen soporte adecuado.
Estabilidad y Seguridad: Suelen ser pesadas o están diseñadas para ser ancladas al suelo, garantizando estabilidad y evitando movimientos no deseados, especialmente en espacios públicos.
Mantenimiento Mínimo: La mayoría de las bancas de exterior requieren poco mantenimiento, limitándose a una limpieza ocasional y, en algunos casos, a la aplicación de selladores o pinturas protectoras cada cierto tiempo.
Variedad de Estilos: Desde diseños rústicos y clásicos hasta contemporáneos y minimalistas, se adaptan a la estética de cualquier entorno. Pueden ser individuales, de dos o más plazas, con o sin respaldo, y con o sin apoyabrazos.